El pasado viernes 5 de Julio en el III Simposium organizado por APS (Asociación para el progreso de la Salud Mental) asociación a la que pertenece Centro Psicología Bilbao, reflexionamos sobre la validez de las diferentes técnicas terapéuticas o enfoques psicológicos que manejamos los profesionales del ámbito de la salud mental, y también sobre los conflictos que generan los intereses que están fuera de nuestro alcance, muchas veces políticos o económicos.

Diferentes ponentes, profesionales de la psicología y de psiquiatría (Luis Pacheco, Victoria Fernández Puig, Ana Gimeno-Bayon, Ignacio Gómez Marroquín y otros) transmitieron sus conocimientos y experiencias conectando con la audiencia y creando un clima muy confortable entre los que allí estábamos. Unos con humor y agilidad, otros con seguridad y ambiciosa precisión aportaron datos de investigaciones actuales que evidencian la eficacia clínica de las diferentes corrientes terapéuticas.

Al menos todos los profesionales que estuvimos allí reunidos, trabajamos con rigor en nuestras diferentes orientaciones terapéuticas, con sincero respeto a otros profesionales y compartiendo ente nosotros una ética común. Trabajamos con un objetivo que nos une: ayudar a las personas que vienen a nuestras consultas a subsanar los problemas que tanto sufrimiento les acarrea: identidades fragmentadas, traumas del pasado, problema de familia, de pareja, daños de la infancia, abusos, depresiones, y un largo etcétera. Cada profesional trabaja en el día a día con su marco teórico, que le ha supuesto horas de estudio, formación, trabajo personal, esfuerzo y dedicación plena.

Tal y como vimos el viernes, sería muy deseable buscar lo que nos une a todos los profesionales del ámbito de la psicología y psiquiatría porque independientemente de la formación recibida, hay muchos más aspectos comunes, que los que nos separan. Vimos que algo tan importante y definitivo como la relación terapéutica, la manejamos todos sin excepción, tanto en su aspecto emocional como intelectual. Si no hay relación terapéutica, no hay terapia y además forma parte no sólo de la metodología sino también del objetivo mismo en cualquier modelo. Sabemos de la importancia de mantenernos unidos, ya que los diferentes enfoques tienen mucho en común y las diferencias bien entendidas, sabiéndolas escuchar, nos hacen crecer.

Por otro lado, es cierto que hay que revisar el concepto de psicoterapia, que no todo el mundo está preparado para hacerla y que la administración debería tomar cartas en el asunto y definir criterios válidos, profesionales y éticos para darle un marco fiable en el que todos nos sintamos seguros. Parece que los términos psicoterapeuta y terapeuta, salen con demasiada facilidad de personas a veces con escasa formación o con formaciones poco regladas y trabajadas. De ninguna manera apoyamos este tipo de pseudoterapias y pseudoterapeutas, y por este motivo es importante que los profesionales de la salud mental que trabajamos seriamente podamos apoyarnos y avalarnos desde nuestros diferentes enfoques y formas de trabajar.

Desde APS queremos potenciar estos encuentros porque es enriquecedor poder compartir con compañeros las experiencias y modelos de trabajo que cada uno llevamos a cabo y así, partiendo de marcos teóricos tan diferentes, podamos seguir creciendo y aprendiendo juntos.