Cuando hablamos de “atracones” nos referimos a momentos en los que la persona ingiere una cantidad de alimentos superior a lo que la mayoría de personas ingerirían en ese periodo de tiempo concreto. Además de comer en exceso, también existe una sensación de falta de control (muchas veces acuden a consulta diciendo que no pueden dejar de comer, comen con ansiedad, etc.).  Todo ello hace que la persona se sienta avergonzada o deprimida después del atracón, por lo que es un problema que genera mucho malestar.

Desde la Terapia Breve Estratégica nos enfocamos en una intervención que tiene en cuenta 3 aspectos:

1. El circulo vicioso del control. Desde este enfoque entendemos que las soluciones intentadas son parte del problema. De este modo, una persona intenta resolver los atracones controlando la comida, y el exceso de control continuado hace que, paradójicamente, acabe perdiendo el control. De este modo, es importante tener en cuenta que el objetivo terapéutico no se enfoca tanto en “controlar” lo que se ingiere sino aprender a relacionarse de una manera más sana con la comida.

2. Desde este enfoque, tenemos que tener en cuenta que:

  • Prohibir alimentos hace que tengamos más deseo por ellos.
  • Cuando iniciamos una dieta basada en el control y la restricción y conseguimos bajar unos kilos, al de un tiempo nos relajamos y volvemos a engordar de nuevo.
  • Cuando estamos haciendo una dieta restrictiva y “fallamos” comiendo alimentos que teníamos prohibidos, es probable que nos rebelemos y abandonemos la dieta.
  • Puede llegar un momento en el que nos obsesionemos por hacer deporte para quemar calorías, perdiendo totalmente la sensación placentera por sí misma de hacer deporte.

3. La dieta paradójica. Este término, acuñado por Nardone, parte de la importancia de gestionar la alimentación basándonos en el placer en lugar de en el control forzado. Por ello, recomienda los siguientes pasos:

  • Elabora fantasías concretas ante el placer de comer. Piensa en qué te apetecería comer, dónde estarías, cómo sabría ese alimento, etc.
  • Limitar la comida a tres momentos durante el día: desayuno, comida y cena. En este sentido, no es necesario disminuir ni la cantidad, ni la calidad. Podremos disponer de tres momentos en los que disfrutaremos del placer de comer aquello que queramos.
  • Sentir el propio cuerpo. Ser consciente de las sensaciones corporales y prestar atención a la saciedad, aprender poco a poco a diferenciar entre estados (sed vs. hambre, hambre vs. aburrimiento, hambre vs. preocupación, hambre vs. ansiedad, etc.).

 

Por último, y teniendo en cuenta el malestar que genera esta problemática en las personas que la sufren, es importante contar con apoyos sociales y también con apoyo profesional si los intentos de solución previos no han dado sus frutos.

 

Podéis conocer más en profundidad este enfoque en el siguiente libro: La dieta de la paradoja: cómo superar las barreras psicológicas que te impiden adelgazar y estar en forma. Giorgio Nardone. Editorial: Paidós.