Desde hace unos años venimos viendo en la consulta la nueva tendencia en Internet: hacerse un niño youtuber.

Este hobbie, en ocasiones profesionalizado, consiste en grabar videos en donde se explican cosas, se habla de temas variados, se pasan pantallas en el último videojuego de moda, y un largo etcétera.

Los niños y niñas que dedican su tiempo a esta actividad, graban, editan, suben a Internet, comentan y consiguen cierta fama en su entorno más cercano, e incluso en ocasiones fama nacional e internacional.

No es sorprendente que cuando preguntamos, ¿Qué quieres ser de mayor? a personas de 10 años, nos encontremos como respuesta “YOUTUBER”.

Ante esta nueva realidad, ofrecemos 3 ideas a tener en cuenta:

1. La exposición pública de los niños y niñas.

Esta exposición pública implica riesgos porque de ninguna manera se puede conocer de antemano el alcance y la repercusión que puede tener un video. Los menores podrían estar expuestos a las alabanzas, pero también a las críticas sin piedad (sin contar con los riesgos implícitos relacionados con que cualquier persona puede acceder a esta información). Se trata de un momento en que la personalidad y autoestima de los niños está aún en desarrollo y sin formar, por lo que es un momento de alta vulnerabilidad.

2. El establecimiento de prioridades.

Tanto los padres como las madres se deben sentar a hablar y determinar cuáles son las prioridades en la educación de sus hijos. A qué se le va a dar más valor y de qué manera. Un ejemplo podría ser el cumplimiento de sus responsabilidades escolares y de casa como requisito imprescindible para realizar después esta actividad.

3. El derecho a la privacidad.

¿Qué contenidos se van a tratar en el canal de Youtube? ¿Explicará el niño sus rutinas o regalos de reyes? ¿Expondrá su vida y su intimidad? Elegir adecuadamente la temática ayudará a controlar en mayor medida el riesgo de exposición.

También es importante reconocer que realizar esta actividad supone adquirir competencias muy valoradas en la vida, tales como aprender a usar herramientas digitales, obtener un “producto” elaborado por uno mismo tras horas de esfuerzo, etc. Sin embargo, previamente recomendamos la adquisición de otras competencias como el espíritu crítico, habilidades de comunicación, saber tomar decisiones, poseer una autoestima ajustada y tener un conocimiento profundo sobre inteligencia emocional.