La velocidad de procesamiento es la rapidez con la que se capta la información, se entiende o procesa, y se comienza a responder. Esta información puede venir desde un canal visual, como son las letras y números, o también desde un canal auditivo, como el lenguaje hablado.

Los niños y niñas que procesan la información rápidamente suelen despuntar por responder de los primeros, terminar antes las tareas y entender con mayor claridad en clase. Por el contrario, los que tienen una velocidad de procesamiento más lenta suelen tardar más en hacer las cosas que los otros, tanto en la escuela como fuera de ella.

La velocidad de procesamiento no está directamente relacionada con la inteligencia. Así que tranquilidad. Solo refleja el tiempo que tardamos unos y otros en cuanto a captar y usar la misma información.

El lado positivo, es que la velocidad de procesamiento es una característica que podemos entrenar y moldear tanto en clase como en casa para ayudar a nuestros hijos e hijas a ganar confianza e incrementar la autoestima en ellos.

En ocasiones pueden valorarse negativamente por ver que tardan en responder, no son capaces de terminar las tareas a tiempo o se olvidan algo cuando tienen varias cosas que hacer a la vez.

Por ello, os traemos cinco ejercicios que podéis llevar a cabo en casa para entrenar la velocidad de procesamiento tanto de adultos como de pequeños. El truco está en realizar tareas sencillas, en el menor tiempo posible:

  1. Nombrar: Esta sencilla tarea trata de responder con una palabra a cada una de las propuestas que se hacen. En un papel escribiremos 20/30 propuestas en forma de lista, a las que tendremos que responder en el menor tiempo posible. Por ejemplo; “Nombre de chica”, “Ciudad”, “Un animal”, “Dos colores”…
  2. Contar: Utilizaremos una hoja en la que dibujaremos recuadros. Dentro de los recuadros escribiremos números y la tarea consistirá en contar cuantos números hay dentro de cada recuadro en el menor tiempo posible. Para hacerlo más divertido podemos utilizar cartulina y diferentes colores que hagan la tarea más vistosa.
  3. Cálculo mental: Para este ejercicio es muy importante tener en cuenta la edad de la persona que lo va a realizar. Consiste en poner un listado de ejercicios matemáticos sencillos (dependiendo de la edad serán suman, restas, multiplicaciones o divisiones) y llevarlos a cabo mentalmente en el menor tiempo posible. A priori puede ser un ejercicio de baja motivación, pero si lo hacemos en familia y utilizamos el cronometro para hacer rankings será muy divertido y ameno.
  4. Tachar las figuras: Para este ejercicio necesitaremos papel y un rotulador de colores para que la tarea sea más llamativa. En el papel dibujaremos diferentes figuras geométricas en orden aleatorio, pero teniendo en cuenta que debemos dibujar el mismo número de todas, es decir, podemos dibujar 20 círculos, 20 triángulos 20 cuadrados, y 20 pentágonos, por ejemplo. Lo primero es elegir el orden en el que vamos a ir tachándolos. Una vez tengamos claro en qué orden tenemos que ir tachando solo queda poner en marcha el cronómetro y divertirnos un rato.
  5. Completar el dibujo: Sobre el papel tendremos un dibujo que tomaremos como referente para realizar la tarea. Por ejemplo, un emoticono. El emoticono de referencia estará dentro de un cuadrado para reconocerlo fácilmente. A lo largo de la hoja, dibujaremos el emoticono con alguna característica de menos, como puede ser la boca, un ojo, el pelo, o la lengua. El ejercicio trata de que el niño identifique en el menor tiempo posible qué características les faltan a los emoticonos y las dibuje en el menor tiempo posible.

Existen muchísimos juegos y alternativas diferentes mediante las cuales podemos entrenar la velocidad de procesamiento. Os animamos a inventar algunos de ellos y a hacer partícipes a los más peques y no tan peques en el desarrollo de ésta.