Probablemente muchos de vosotros/as hayáis tenido ocasión de ver un anuncio en el que su protagonista afirma: “No eres padre hasta que te agregan al grupo de Whatsapp ‘Papis y mamis 1ºB’”. Puede resultar anecdótico y gracioso, pero en nuestro centro de Psicología vemos que muchos padres y madres viven pendientes de los citados grupos de whatsapp, en los que se les bombardea con información que, en el 99% de las ocasiones, es responsabilidad de los/as hijos/as conocer.

Como profesionales de la psicología y de la educación  siempre hacemos hincapié en la importancia de que los/as niños/as lleven al día su agenda del colegio, apuntando los deberes de la semana, las fechas de los exámenes, los temas que les toca repasar, etc., así como afrontando las consecuencias en caso de que se les olvide. Consideramos que es importante que se preocupen de registrar esta información que, al fin y al cabo, es para que ellos/as utilicen para su beneficio personal y es, también, la primera lección de la responsabilidad.

Sin embargo, cuando saber los deberes o los temas que hay que estudiar es tan sencillo como pedir al padre o madre que lo pregunte en el grupo, ¿para qué preocuparse de apuntarlo uno/a mismo/a? Mientras los padres y madres conozcan al dedillo las tareas del día siguiente, ¿cuál es el sentido de llevar una agenda?

Con estos ingredientes, tenemos, por un lado; unos/as estudiantes a los que se les libera de sus tareas. Y, por otro lado, unos progenitores (muy estresados, por cierto) que, no sólo asumen su trabajo como cabezas de familia y personas trabajadores, sino también la parte correspondiente a los menores a su cargo (muchas veces, pensando que así les protegerán del fracaso escolar, y que a los/as niños/as les irá mejor).

Buscamos personas que sean responsables el día de mañana; que sean trabajadoras, que se pueda contar con ellas. Sin ir más lejos, aquellas personas que son empresarias buscan hoy en día empleados/as jóvenes con estos valores; pero, nuestra manera de actuar con ellos/as (o más bien “por ellos/as”), ¿acaso está fomentando que sean el tipo de personas con las que querríamos contar, en cuyas manos dejaríamos nuestro bienestar, nuestro negocio, nuestra salud? O, más bien, ¿les estamos alentando a ser seres dependientes, acomodados/as, irresponsables, que esperan instrucciones para todo y que las tareas se les den hechas?

Puede que sea hora de dejar que asuman estas tareas; que se preocupen de preguntar a sus compañeros/as o profesores/as directamente en caso de no saber lo que toca para el día; e incluso que se lleven la mala nota correspondiente si en alguna ocasión llevan su tarea sin hacer. En Centro Psicología Bilbao pensamos que es necesario que aprendan a tolerar estas pequeñas dificultades y a solventarlas, pues a la larga resulta más beneficioso para todos.

María Reyzabal