Cada vez es más habitual que los niños incorporen las nuevas tecnologías a su proceso de aprendizaje. Ipads, tablets, libros electrónicos y ordenadores portátiles se utilizan habitualmente en los colegios; tanto es así que en algunos países nórdicos han sustituído a los libros de texto, e incluso a la escritura y caligrafía manual. Estos aparatos han cambiado no sólo la manera de trabajar en clase, sino también el estilo de comunicación en las aulas: los foros de aprendizaje se emplean cada vez más como vía de interacción entre profesores y alumnos; algo que hasta hace unos años no era posible.

No cabe duda de que estas herramientas hacen más dinámicas las clases y el estudio, e incluso pueden llegar a facilitarlos a aquellos alumnos que presentan dificultades de aprendizaje, como TDAH o dislexia –se han creado aplicaciones dirigidas especialmente a este público-. De hecho, probablemente la mayoría estudiantes prefieran tener la opción de utilizarlos. Sin embargo, no hay que olvidar que su uso puede convertirse en abuso, y al tratarse de objetos tan estrechamente ligados a las actividades curriculares puede resultar complicado establecer un límite. Más aún, resulta muy difícil para los padres y los profesores discernir cuándo los niños están utilizando el ordenador y/o la tablet para hacer sus deberes y cuándo están jugando o chateando.

Al tratarse de dispositivos con múltiples aplicaciones y finalidades, bastantes escolares se distraen con ellos en lugar de estudiar, empeorando así su rendimiento escolar. Del mismo modo, estas nuevas tecnologías hacen que encontrar información resulte demasiado sencillo, por lo que los alumnos no ejercitan sus recursos, o incluso caen en la tentación de hacer trampas.

No hay que olvidar que resulta muy fácil acostumbrarse a la disponibilidad de las nuevas tecnologías, y a utilizarlas para trabajar y aprender; y precisamente por esto podemos caer fácilmente en la dependencia hacia ellas. Por tanto, hay que promover el que los alumnos dispongan de diferentes recursos, de manera que sean capaces de desempeñar cualquier tarea sin necesidad de disponer de Tablet o de portátil. Debemos buscar que, aunque los alumnos utilicen estos utensilios, no descuiden sus otras habilidades. Y, por supuesto, establecer un límite de tiempo de uso razonable, sea cual fuere el objetivo con el que los niños estén en el ordenador.

En Centro Psicología Bilbao disponemos de terapias para controlar el uso de internet y de las nuevas tecnologías; y trabajamos combinando estas herramientas con la metodología tradicional, de modo que los estudiantes puedan sacar el máximo provecho a sus recursos.

Centro Psicología Bilbao

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– Adicción a la tecnología