Algunas de las costumbres navideñas han dado pie a que se investigue su impacto sobre nosotros. Todo tiene un efecto: la decoración de nuestras casas, los regalos, e incluso los olores y sonidos propios de esta época. Por eso, queremos compartir con vosotros algunos de los estudios que nos han resultado más curiosos y llamativos.

Sobre la iluminación y decoración navideña:

  • Un estudio llevado a cabo en EEUU –donde es costumbre decorar e iluminar las fachadas y jardines de las casas- demostró que las personas percibían como más amigables, accesibles y sociables a aquellos vecinos que colocaban adornos en el exterior de sus viviendas, frente a quienes no lo hacían. Basándose únicamente en fotografías de las fachadas, los participantes tuvieron una mejor impresión de los vecinos/as que decoraban, calificándoles como más abiertos, y más propicios a tener mejor relación con sus conciudadanos.
  • Por otro lado, hay quienes utilizan estos mismos adornos y luces como una manera de destacar y de buscar la atención de los demás; pudiendo, en algunos casos, caer en una conducta de decoración compulsiva.

Sobre los olores y sonidos navideños:

  • Se ha encontrado que muchos adultos/as asocian los villancicos, a las obligaciones propias de la Navidad: compras, comidas, viajes, reuniones, etc… Esto hace que estas canciones nos recuerden nuestra lista de tareas pendientes, creando una sensación de estrés. Dicho malestar es especialmente notable en el caso de las personas que han tenido vivencias negativas en esta época del año.
  • No obstante, quienes han sabido sacar partido de esto son comercios, ya que uniendo estas melodías a ciertos aromas como la canela y el pino, también típicos de la Navidad, consiguen que sus clientes estén más predispuestos a comprar.

Sobre los regalos poco adecuados

  • En Reino Unido, se estudiaron los regalos entregados y recibidos por una muestra de 92 participantes; asociando a cada regalo una puntuación en función del nivel de intimidad demostrado, conocimiento de la otra persona y tipo de relación entre regalador y obsequiado. Se encontró que el dinero, cuando se daba como regalo, no sólo no presentaba ninguno de los atributos deseables -conocimiento e intimidad-, sino que además constataba una relación desigual -el que da dinero está por encima de quien lo recibe-. Por eso, regalar dinero puede transmitir mensajes poco adecuados en relación al estatus; en especial cuando se le da a un adulto.
  • Por último, un estudio realizado en la universidad de Columbia, descubrió que los hombres y las mujeres reaccionan de manera diferente cuando reciben un regalo que no les gusta. Las mujeres tienen más tendencia a disimular para no herir los sentimientos de quien les ha hecho el obsequio y así proteger la relación; mientras que los hombres verbalizan su opinión de manera más sincera, por lo general.