Esta es una pregunta que nos hace ahora mucha gente vía online o telefónica, y que preocupa más de lo que nos podríamos imaginar.

Aclaramos que TOC son las siglas que corresponden al Trastorno Obsesivo Compulsivo, con el que estamos ya bastante familiarizados por obras de teatro, películas o incluso chistes. Pero que para ser serios, diremos que este trastorno no tiene ninguna gracia y mucho menos para aquel que lo padece.

Las obsesiones son pensamientos o imágenes recurrentes y no deseadas, que generan mucha ansiedad; y por eso la persona que las tiene trata de ignorarlas o suprimirlas. Las compulsiones son los pensamientos o acciones que la persona realiza para intentar ignorar o suprimir los pensamientos o imágenes intrusivas (las obsesiones). Si por ejemplo, tengo el pensamiento de que me puedo contaminar y/o me puedo morir, y me obsesiono con este pensamiento, entonces me lavo las manos, o me ducho cada vez que toco o que no toco algo (porque en la medida que se va a agudizando, también las compulsiones se generalizan y acabaré lavándome antes de tocar o de que me toquen). De manera que los comportamientos que se terminan realizando, se vuelven excesivos y poco realistas, y generan graves complicaciones en la vida de las personas que los padecen.

Las obsesiones y compulsiones, pueden ser muy variadas, como: contar, rezar, leer muchas veces una frase, sumar, intentar ver un número concreto de veces alguna cosa determinada, etc. Tantas, que no nos daría la imaginación para pensar en lo que algunas personas que las sufren, son capaces de idear y hacer. Además, estas obsesiones/compulsiones, causan un deterioro de la persona en todas las áreas de su vida, tanto laboral, social o familiar. La persona se llega a convertir en esclava de sus obsesiones, que se apoderan poco a poco de su vida.

Me quiero centrar en esta de la limpieza, y creo que no hace falta explicar por qué… Llevamos todos unos cuantos días “un poco” obsesionados con limpiarnos, limpiar y con no contaminarnos con el que pasa cerca cuando vamos al supermercado.

Hoy podemos sentirnos un poco más cerca de estas personas que viven con la obsesión de que se pueden contaminar y, curiosamente, ellos también se sienten más cerca de los que no lo padecemos, porque ven a su alrededor compulsiones de limpieza que, habitualmente, solo les corresponden a ellos. De hecho y paradójicamente, las personas que padecen este trastorno relacionado con la limpieza, y siempre según mi experiencia profesional, se sienten hoy mejor que nunca. Por un lado, ven que el resto se comporta más o menos de la misma manera, y por otro, el hecho de estar en casa les aporta seguridad y menor riesgo de contaminarse, sea COVID 19 o sea cualquier otro virus.

Como somos tan variopintos, hay en hogares donde la limpieza se convierte en una absoluta obsesión, así que hay gente que se pregunta: “¿pero esto de verdad puede hacer que en un futuro pueda padecer este trastorno?”

En general, y hoy más que nunca, mantener nuestro entorno limpio y a nosotros mismos, nos da tranquilidad, pero ¿dónde está la frontera entre lo que puede ser “normal” y la patología? Digamos que ahora, se ha creado en nuestras vidas una NECESIDAD, mucho más potente de la que existía, poniendo mucho cuidado en que no nos toquen, en no tocar, en lavarnos cada vez que esto pasa y que no pasa. Es decir, esta necesidad se ha hecho tan importante, que hay personas que nos cuentan que se está convirtiendo en una preocupante OBSESIÓN y lo empiezan a vivir como una amenaza severa en sus vidas. Veamos entonces algunas diferencias para que podamos tranquilizarnos si nos empezamos a plantear estas dudas.

¿Cómo saber si no tenemos un TOC?

  • Nuestra obsesión la podemos explicar por una gran preocupación, algo que no ocurre cuando padecemos un TOC. Hay una realidad de primer orden ahí fuera, que tiene un nombre: COVID 19.
  • Aunque ahora estamos confinados, en general nos seguimos relacionando, algunos seguimos trabajando y nos relacionamos online, también con amigos, familiares, en casa con nuestras familias, etc. El TOC nos impediría tener un desempeño normalizado de todos estos aspectos de nuestra vida, los pensamientos y compulsiones son demasiado invasivos y no nos lo permitirían.
  • Nuestra introspección es buena y muy aceptable, es decir, reconocemos por qué lo hacemos y somos muy conscientes de que igual hasta nos estamos pasando manteniendo nuestro entorno y a nosotros tan limpios.
  • Y sobretodo, no estamos limpiando porque necesitamos evitar nuestros pensamientos obsesivos, es decir, no se trata de una compulsión sino de una necesidad para prevenir males mayores.
  • El TOC relacionado con la limpieza suele ir vinculado a otras compulsiones, como son mantener un orden riguroso de las cosas del entorno u otros rituales.
  • El no poder quitarse de la cabeza el pensamiento de limpiar o limpiarte para no contaminarte, es otra característica importante cuando padeces este trastorno. No descansas hasta que no lo haces, esperando que llegue el siguiente momento en el que lo vuelves a hacer.
  • Muchas veces se presenta en personas que tienen una personalidad muy perfeccionista, y cuyas creencias les generan mucha ansiedad.

Sabemos que estos días de confinamiento dan para mucho, en general tenemos más tiempo para darle alguna vuelta a nuestra cabeza, nos encontramos ante una situación de incertidumbre que choca con nuestras expectativas de seguridad y supervivencia; así que tenemos que intentar normalizar pensamientos que creemos que son exclusivos y únicos. Seguro que nos quedaremos con algún TOQUE, que no nos va a venir mal, cuidaremos más la higiene y algún otro aprendizaje que saquemos de todo esto; pero no generaremos un TOC.

Si por el contrario, piensas que esta situación está suponiendo unas obsesiones y/o compulsiones que no puedes controlar, lo recomendable sería pedir ayuda a un profesional de la psicología colegiado.