Mi hijo tiene 7 años y es muy inteligente, todo lo pilla al vuelo, pero se porta fatal. No quiere obedecer ni acatar ninguna norma. En el colegio no se han quejado todavía, es más cuando voy a hablar, tengo la sensación de que están hablando de otro niño, no le reconozco. Sin embargo, la situación en casa es insoportable, hace lo que le da la gana: no obedece, nos insulta, pega a su hermana la pequeña, come mal… (en el comedor del colegio tampoco se han quejado). Estamos desesperados y en concreto yo me siento totalmente fracasada como madre. Su padre está menos con él, y no siente tanto fracaso, pero tampoco sabe qué hacer ante esta situación. Por favor, díganos qué tenemos que hacer, dónde tenemos qué ir”.

La situación en casa entendemos que es insostenible y que poco a poco empezáis a estar al límite con vuestro hijo. Sin embargo, el hecho de que el niño se sepa portar bien en otros contextos diferentes al familiar, dice mucho a vuestro favor. Sabe comportarse porque alguien, que son sus padres, se lo ha enseñado. Seguro que si va a casa de cualquier amigo, la madre de éste opina que es el niño que le encantaría tener!

Está claro que a sus padres les está perdiendo el respeto y hay que hacer algo. La mejor forma de conseguir un cambio en él, es que vosotros cambiéis algo en vuestra manera de comportaros con él. Consideramos que el cambio sería mucho más rápido si vosotros sois los que pedís ayuda a un profesional, pero que trabaje en terapia familiar. Según nuestra experiencia es imprescindible saber qué está pasando en casa para que el niño no responda o responda justo de la manera menos deseada. Él sabe perfectamente cómo poneros al límite de vuestra paciencia, cómo conseguir lo que quiere, etc. Pero vosotros no habéis aprendido cuáles son sus tácticas y dónde están sus puntos débiles. Esto es algo que se trabaja en terapia, y no tiene por qué ser algo largo, ni pesado, sino pocas sesiones en las que vayáis descubriendo formas diferentes de comportaros con vuestro hijo. Es muy interesante porque los padres suelen descubrir y conocer mucho mejor a sus hijos cuando prueban a actuar de diferente manera. Así, parece sencillo, pero sabemos que es un trabajo metódico y ordenado que hay que hacer intentando respetar lo que se acuerde en las sesiones con el terapeuta. Son temas que no conviene dejar porque los malos hábitos y la degeneración en las relaciones familiares sabemos que son temas serios si avanzan y, no digamos, si se llega con esta dinámica a la adolescencia.

Compartimos aquí algunas páginas de Centro Psicología Bilbao con contenidos relacionados:

– Niños desobedientes