En nuestro Centro trabajamos con adultos para ayudarles a solucionar sus problemas. Tratamos con diferentes tipos de problemas: ansiedad, depresion, estrés, obsesiones, problemas de pareja… Que son ampliamente conocidos por todos. Pero también trabajamos con gente que tiene problemas mas «cotidianos», «pequeñas» cosas que pueden llegar a hacernos la vida imposible: dificultades de convivencia con un hijo adolescente, conflictos de pareja, problemas para afrontar el encuentro con algún compañero de trabajo, enfrentamiento con algún vecino, duelo por la pérdida de un ser querido, etc.  Es importante que sepais que no hay que esperar a estar fatal o a tener un problema que tenga nombre, para acudir al psicólogo. La idea del psicólogo tiene que surgir antes, porque es cuando mejor se trabaja con los problemas y de esta manera, también se evita mucho malestar. De una cosa pequeña, por ejemplo, un problema con un compañero de trabajo, pueden surgir infinidad de consecuencias que se pueden evitar si se gestiona bien. Muchas veces no somos capaces de gestionarlo nosotros mismos, y por eso necesitamos la ayuda de un profesional.

Otro ejemplo que nos gusta dar es el típico caso de relación de pareja. ¿Por qué esperar a que la pareja se rompa viendo como poco a poco se deteriora la relación? o ¿Por qué sufrir más tiempo del necesario estando con la persona que realmente no quieres estar? Trabajando los problemas en las primeras fases nos ahorramos horas, días, meses o quizás años, de sentirnos frustrados, tristes e impotentes en el día a día.