Buenos días,

Me llamo Manuela y tengo un hijo de 8 años al que le está costando un poco el colegio. Desde siempre nos han dicho que es un niño que tiene muy buena actitud, pero es excesivamente lento y tiene mucha inseguridad para hacer las cosas. En clase nos han trasladado que cuando tiene que hacer cualquier ejercicio siempre está mirando a los compañeros para copiar, porque no se fía de que lo suyo esté bien. En casa es hijo único, por lo que no podemos comparar, pero vemos que siempre quiere que estemos con él para hacer los deberes y necesita de nuestra aprobación para seguir. ¿Es normal tanta inseguridad o puede que tenga alguna dificultad de aprendizaje?

¡Gracias de antemano!

 

Buenos días Manuela,

Las causas de la inseguridad pueden ser muy variadas (dificultades de aprendizaje, alguna experiencia negativa por cometer errores, miedo a la respuesta de las personas de su alrededor, y un largo etcétera). Sin embargo, lo que la inseguridad nos dice es: “cuando analizo las demandas del medio y mi capacidad para afrontarlas me doy cuenta de que no soy capaz.” Es decir, la fórmula de la inseguridad bien podría ser:

DEMANDAS DEL ENTORNO – CAPACIDAD PERSONAL DE AFRONTAMIENTO = NEGATIVO

De esta fórmula se deduce que la inseguridad no es algo objetivo (puedo o no puedo realmente), sino una percepción subjetiva que tenemos sobre nuestra capacidad de hacer frente o no a las demandas del medio. De este modo, tu hijo podría perfectamente no tener dificultades de aprendizaje, e igualmente sentirse inseguro en lo escolar, puesto que no se trata tanto de lo que realmente se le pide sino de cómo percibe él que puede afrontarlo.

Por otro lado, para conocer si existen dificultades de aprendizaje es necesario realizar una evaluación completa con pruebas de ejecución baremadas. Por ejemplo, una evaluación pedagógica debe incluir el estudio de las habilidades en lecto-escritura, capacidad intelectual, capacidad atencional, razonamiento, comprensión, etc. Así mismo, también es recomendable valorar el área emocional (autoestima, ansiedad, etc.). Todo ello nos puede ofrecer un perfil en el que conoceremos si existen dificultades o no, en comparación con personas de su misma edad. En este sentido es importante destacar que a veces se observan ciertas dificultades pero no se cumple con ningún diagnóstico concreto. Es decir, un niño puede tener dificultades de lectura y no presentar dislexia (trastorno de la lectura). Por lo tanto, para conocer si presenta dificultades de aprendizaje o no es, nuestra recomendación es realizar una evaluación completa.

En cuanto a la inseguridad, si ésta se da de forma puntual no tiene por qué ser un problema. Sin embargo, si observas que está afectando emocionalmente a tu hijo y/ó no sabéis cómo gestionarlo desde casa, nuestra recomendación es trabajarlo con ayuda profesional. Hay muchos enfoques a la hora de intervenir. Nuestra orientación es la Disciplina Positiva y la Terapia Centrada en Soluciones. Entendemos que para que un niño se sienta seguro tiene que sentir también que contribuye, es decir, que sus aportaciones son útiles para otras personas. Por ello, vemos necesario en numerosas ocasiones trabajar con la familia y también con los niños en función de la edad (con 8 años ya sería posible).