Aprovechando que septiembre es el mes de “la vuelta al cole”, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Inmaculada Vila, una maestra de Educación Infantil y psicopedagoga que es tutora de un aula de 3 años en Santander. En concreto, hoy hablaremos del proceso de adaptación.

 

1. Buenos días Inmaculada, desde Centro Psicología Bilbao tenemos relación con muchos centros educativos y vemos que aunque el periodo de adaptación depende del colegio, generalmente hace que los padres y madres tengan que hacer malabares para adaptarse a esos horarios. ¿A que se debe la duración?

El tema del periodo de adaptación en los coles es un tema muy polémico, y la verdad es que conociendo cómo lo llevan a cabo en algunos coles, no me extraña. Yo he trabajado en coles donde hemos hecho periodos más estrictos (con grupos reducidos durante una o dos semanas, mezclando a los niños poco a poco, con familiares en el aula…), pero en el colegio donde estoy ahora (y empiezo mi quinto curso) no se hace y la adaptación va de maravilla. Es decir, como siempre: primeras semanas de lloros, gritos, brazos, etc.,  hasta que los niños se ubican, se siente a gusto, protegidos y queridos.

En mi opinión (y puede que resulte algo llamativo que lo diga siendo profe del primer curso de infantil en el cole, y que algunos de mis colegas se lleven las manos a la cabeza) no me parece en absoluto esencial. Creo que es más un tema organizativo del centro (o de las educadoras de las aulas para no desbordarse) que necesario para los niños.

El periodo de adaptación es un periodo que depende de cada niño, por el que todos los niños pasan, y no creo que ser un grupo de 20 o de 5 lo haga más o menos fácil. El niño que necesita llorar una semana lo hará, el que necesite llorar 2 días lo hará, y el que no eche ni una lagrimilla no lo hará.

Creo que es bueno que los primeros días no realicen la jornada partida completa (con la mañana es suficiente), pero opino que debería ser una decisión entre las familias y el tutor del aula el empezar a hacer la jornada completa según cómo vaya la adaptación de cada niño. Vuelvo a decir que es algo que depende de cada niño, y hay niños que se adaptan antes que otros. En lugar de hacer grupos estancos por apellidos o fechas de nacimiento, me parece mucho mejor empezar todos juntos la mañana completa e ir ampliando la jornada según cómo vayamos viendo a los niños.

2. Y en ese proceso, ¿qué se puede encontrar una familia? Es decir, ¿qué conductas son más comunes?

Lo primero que hay que pensar es que el inicio del colegio es un momento muy complejo para los niños: tienen que conocer el centro, a los profesores, a los niños, se tienen que separar de los adultos de referencia (padres, cuidadoras, profes de la guarde, abuelos…).

Para ellos es un momento que les va a generar dudas, inseguridad, incertidumbre, desprotección… Yo siempre digo que es lo mismo que nos pasa a los adultos cuando cambiamos de trabajo, iniciamos una nueva relación, etc. La diferencia es que los adultos tenemos recursos para expresar nuestros miedos, nuestras emociones, podemos hablarlo… Pero los niños son niños, y precisamente por eso, la forma que tienen de decirnos lo que les provoca este cambio en su vida es a través de sus conductas, sobre todo alterándolas. Por eso es súper normal que en el periodo de adaptación veamos como aparecen las rabietas, las mañas, las llamadas de atención, algún escape (aun controlando perfectamente esfínteres), problemas para dormir…

3. ¿A partir de qué momento nos debemos de preocupar o se puede hablar de problemas de adaptación?

Insisto en que es un proceso que depende de cada niño. No hay varitas mágicas que hagan al niño adaptarse. Es un proceso que va  a estar influenciado por numerosos factores: su personalidad, su ambiente familiar, las características del grupo, la formación y el carácter de las educadoras…

Yo creo que no podemos ponernos fecha a modo de metas en esto. Hay niños que necesitan mucho más tiempo que otros. Yo llevo diez años trabajando de 0 a 3 años, y nunca me he encontrado un niño que no se haya adaptado.

4. Vayamos ahora a la parte práctica: ¿qué consejos darías a una familia para facilitar la adaptación a su hijo o hija? Y por el contrario, ¿qué se recomienda NO hacer?

En cuanto a lo que SÍ hacer, lo primero es la CONFIANZA. Tienen que tener confianza en el centro y sobre todo en las personas que se van a quedar a cargo de su hijo. Estamos aquí porque es nuestra vocación. Les vamos a querer, a cuidar, a mimar, a proteger…

Después, tienen que estar TRANQUILOS. Tienen que tener claro que el periodo de adaptación es un cambio para los niños y que hasta que se ubiquen y estén a gusto y seguros lo más habitual es que notemos cambios en su conducta. Pero tienen que entender que es algo normal, y que todos los niños lo pasan de una forma más o menos larga. Que no se culpabilicen y que no hagan comparaciones entre hermanos, primos, vecinos, etc. Es un proceso individual de cada niño, que no sabemos cómo va a ser hasta que no empieza el colegio. A veces a los que mejor crees que lo van a llevar les cuesta mucho, y al revés.

Su ACTITUD es fundamental. Si ellos se muestran tranquilos y transmiten al niño que el colegio es un sitio “guachi”, con muchos amigos, que la profe le quiere… Es más fácil que empiece a interesarse por descubrirlo por sí mismo. Es bueno aprovechar cuando se encuentren a familiares y amigos para compartir que su hijo ya es mayor porque va a al colegio, porque la gente va a reforzar ese concepto positivo. También preparar con él los materiales que va a necesitar: mochila, baby, vasito, cojín… Implicarle.

Y en cuanto a lo que NO hacer, si al niño le cuesta entrar por las mañanas, NO ALARGUEMOS ese momento con un último beso, un último abrazo…. Porque cuanto más larga sea la despedida, más alargamos el sufrimiento del niño. Yo siempre recomiendo hacer un poco de tripas corazón, y ya cuando estemos dentro la profe y los niños que saquen la lagrimilla y lo que necesiten. Es importante también que sean las familias las que den al niño a la profe. Si está llorando, agarrado a los brazos de su ama (mamá) o aita (papá), y una extraña le arranca de sus brazos es muy brusco y les afecta mucho más. Por eso, es importante que ellos lo pasen de sus brazos a los de la profe o incluso que entre andando.

Siempre DECIR LA VERDAD: “ama se va a trabajar y tú te quedas en el colegio con tu profe y tus amigos. Luego te vengo a buscar”. Muchas veces, con la mejor intención, los padres utilizan frases del tipo: “yo ahora entro a jugar contigo”, “yo me quedo aquí esperándote”… Y al final lo único que provocan es que el niño entre a clase y se pegue a la puerta esperando a su madre que le ha dicho que va a entrar, o que salgamos al patio y espere encontrar a su madre ahí esperándole. Cuando esto no pasa, se frustran más y lo pasan peor, porque se sienten engañados.

Y muy importante, que se DESPIDAN con naturalidad. Muchas veces, (seguramente porque las madres y padres también lo pasan mal) aprovechan un descuido del niño para irse. Para ellos es algo muy duro, porque de repente su figura de referencia desaparece, y no saben por qué, ni a dónde ha ido, ni si va a volver… Se genera una angustia gratuita.

5. El hecho de haber ido previamente a la guardería, ¿facilita la adaptación en el colegio?

El hecho de haber ido a la guarde antes del colegio viene muy bien en cuanto a la asimilación de rutinas y normas, porque más o menos se sigue una línea bastante parecida. El primer año de cole los niños aprenden a relacionarse con otros niños, a convivir, a respetar… y eso es algo que si vienen de guardería ya han empezado a trabajar.

No obstante, no tiene nada que ver con la adaptación al grupo, al cole, a la profe… Esa hay que hacerla igual que el resto, y ahí parte cada niño de cero.

6. ¿Hay diferencias en los niños y niñas que se escolarizan más tarde de los dos años?

Para mí, más que haber ido al aula de 2 años o no, lo que marca la diferencia es el haber estado con niños o no. Si no ha ido a la guarde, pero tiene muchos primitos, amiguitos de parque, etc., es como si hubiera ido, porque las diferencias que yo veo no son en el ámbito educativo sino en el de las relaciones sociales. Les viene muy bien ir al aula de 2 años, eso sin duda. Yo lo recomiendo al 100%.

7. ¿Por qué?

Lo recomiendo porque me parece una experiencia muy enriquecedora para los niños, salir del contexto familiar en el que ellos son los protagonistas, los que deciden,… En casa todo es suyo, mientras que en el colegio todo es de todos. En casa son uno, ¡en el colegio son uno de veinte!

Me parece que tienen que aprender a estar con otros niños, tienen que descubrir las reglas que rigen el intercambio social. Es un ambiente muy natural porque se dan muchas más situaciones en las que tienen que ir descubriendo límites, conociendo sus capacidades, etc.

Muchas gracias Inmaculada por tus respuestas y por el cariño que muestras a tus niños y niñas.

 

 

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