El 10 de septiembre es el Día Internacional de la Prevención al Suicidio y aprovechando que se trata de un tema de promoción de la Salud Mental, hemos elaborado una serie de orientaciones basándonos también en las indicaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que hacen más posible prevenirlo.

Aunque no todos los suicidios se pueden prevenir, la mayoría SÍ.

En este sentido, para la prevención del suicidio es necesario llevar a cabo medidas que impliquen tanto a las personas de a pie, como a las comunidades y a las instituciones nacionales.

En primer lugar, a nivel institucional se pueden llevar a cabo políticas preventivas de fomento de la Salud Mental que aseguren el tratamiento terapéutico a aquellas personas que padecen de depresión, esquizofrenia, alcoholismo, trastornos de la personalidad, etc. En este sentido, haciendo programas en los que se haga un seguimiento más exhaustivo de las personas que ya han intentado previamente suicidarse también se conseguiría una mayor prevención, así como formando a los profesionales de la salud en la detección de indicadores que hagan sospechar de un posible suicidio.

Por otro lado, a nivel de comunicación, los medios deberían hacer un tratamiento responsable de este tema, ofreciendo, al mismo tiempo, información relacionada con programas o Asociaciones de apoyo que permiten a la gente que esté pensando en suicidarse buscar una alternativa.

En cuanto al plano personal, es evidente que aquella persona que se quiera suicidar realmente, lo pueda hacer sin capacidad de maniobra de la gente que le rodea. Por ello, si finalmente no se ha podido evitar, no debemos culparnos pues seguramente haya sido algo que no estaba a nuestro alcance detener.

No obstante, en ocasiones las personas que se van a suicidar dan “pistas” o “avisos”, a veces incluso amenazas de autolesión, ante las cuales es necesario estar en alerta y ofrecer nuestro apoyo y apoyo profesional. Del mismo modo, ante la sospecha de que la vida de alguien corra peligro, los profesionales de la Psicología tenemos la obligación de informar y/o coordinarnos con otros profesionales en caso en que sea necesario.

Existe, a su vez, un teléfono en España (teléfono de la Esperanza – 902.50.00.02) que está disponible los 7 días de la semana durante 24 horas al día y a través del cual se pretende ofrecer un apoyo en situaciones de crisis o emergencias, así como promover la salud emocional.

Finalmente, cierta información que merece la pena conocer es:

  1. Existen factores de riesgo a tener en cuenta:
    1. Haber tenido algún intento previo de suicidio.
    2. Ser víctima de violencia, acoso (laboral, escolar, sexual, etc.),…
    3. Presentar una enfermedad que genera mucho sufrimiento.
    4. Tener un historial familiar previo de suicidios.
    5. Haber sufrido una pérdida importante en la vida (muerte de una persona cercana, divorcio, separación prolongada de los/as hijos/as,…)
  1. Es recomendable, ante la sospecha, preguntar directamente a la persona a ver si alguna vez ha pensado en suicidarse, y hablar con ella de este tema de forma abierta.
  2. Escucha de forma activa los mensajes verbales y lo que pueden ocultar. Frases tipo: “todo el mundo está mejor sin mí”, “A nadie le importa lo que me pase”, “Siento ser una carga para ti”, etc.
  3. Observa las emociones que vivencia la persona, tales como una gran tristeza, apatía (no tener ganas de hacer nada), desesperanza, etc., así como fijarse también en cambios en su comportamiento (regalar a otros cosas por decir que ya no las va a necesitar, haber perdido el interés por hacer actividades que antes le gustaban…).

 

En definitiva, ante una posible sospecha, los pasos que cualquier persona puede seguir son:

CONECTARSE

ESCUCHAR

COMPRENDER

EXPRESAR PREOCUPACIÓN

BUSCAR AYUDA

 

Desde Centro Psicología Bilbao contamos con terapeutas que trabajan tanto con la infancia, juventud y edad adulta. Puedes consultar si tienes sospechas relacionadas con este tema en el 944.101.462 o en info@centro-psicologia.com

Beatriz Alonso Sánchez