Cada padre y/o madre conoce a su hijo mejor que nadie, sin embargo podemos hacer unas sugerencias generales para informarle teniendo en cuenta las edades.

Menores de 5 años:
No hay que darles muchas explicaciones o la información muy detallada. Hay que darles seguridad para que entiendan que aunque uno de los padres se va de casa, no le va a pasar nada. Se tienen que quedar muy tranquilos pensando que sus padres van a estar bien y ellos también. Deben saber que van a seguir viendo a los dos y dónde va a vivir cada uno.
Entre 4 y 8 años:
Necesita saber qué va a ser de él y por ello hay que explicarle claramente todo lo que garantice su seguridad. Las explicaciones son un poco más largas, pero no profundas.
Entre 9 y 12:
Explicarles la separación como se ha ido describiendo a lo largo de los artículos, porque a estas edades ellos ya ven con claridad los hechos, pero se debe hacer hincapié en que ellos no son culpables y tampoco lo son ninguno de los padres en concreto. A esta edad ellos tienden a culpabilizar para encontrar una explicación a cosas que no esperan o no entienden. Los padres deben dejar claro que no pierden a los padres y que la relación con ellos no va a cambiar.
A partir de 13 años:
Están en plena adolescencia y esto puede suponer una gran pérdida y sensación de vacío por lo que hay que tener especial cuidado en explicarles claramente los cambios que se van a producir en su vida y el papel que van a seguir jugando sus padres en ella. Ya entienden y en su esquema mental la separación es comprensible, pero hay que explicarles bien el proceso como se ha descrito hasta ahora.

Virginia Rodrigo del Solar

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