El 5 de octubre es el Día Europeo de la Depresión y ésta es, según la OMS, el trastorno mental más frecuente pues afecta a 300 millones de personas en el mundo y se relaciona, a su vez, con otros problemas tales como la ansiedad y las adicciones.

Distintos autores/as a lo largo de la historia han centrado su carrera profesional en profundizar sobre la depresión, sus tipos, causas, consecuencias y tratamientos, entre otros. En los últimos años se habla de tener en cuenta aquellos factores “desencadenantes”, es decir, situaciones o vivencias que pueden generar una depresión.

Sin embargo, ¿cuántos conocemos a nuestro alrededor personas que han sufrido mucho en la vida y han salido adelante sin padecer depresión, y por el contrario, otras personas que ante pequeñas o “nulas” dificultades vitales se encuentran viviendo con depresión?

Esto plantea que los sucesos que hayamos vivido pueden ser importantes, pero no determinantes. En este sentido, en psicología también se habla de factores “moderadores”, que son aquellos que tienen más que ver con la forma de interpretar la situación y con los recursos de afrontamiento con los que cuenta cada persona, así como con su personalidad. Esto significa que, ante mismas vivencias, no todos caeríamos en una depresión. Incluso podría haber gente que saliese aún más fortalecido tras la vivencia.

La resiliencia, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, es un concepto muy vinculado a la superación personal, y en especial, a la ACTITUD de superación personal.

Por ello, es conveniente tener en cuenta la posibilidad de cambiar la ACTITUD y tratar de valorar siempre aquello positivo de las vivencias que tenemos, o al menos, aquello que nos han enseñado estas vivencias a lo largo de la vida.

Beatriz Alonso Sánchez