Recientemente hemos compartido varias entrevistas con profesionales de diferentes ámbitos, para acercarnos a su realidad y para conocer de primera mano cómo están viviendo el confinamiento y el estado de alarma en sus puestos de trabajo. Hoy compartimos una entrevista que hemos realizado a una trabajadora de un supermercado de Santutxu (Bilbao), que a petición suya, prefiere permanecer en anonimato.

1. Antes de nada, agradecemos enormemente tu colaboración en esta entrevista. Tras algo más de un mes de confinamiento y trabajando a destajo en uno de los lugares con más riesgo de un posible contagio, ¿cómo lo estás viviendo?

Lo cierto es que se vive con miedo al contagio y con mucho estrés por el volumen de trabajo que tenemos. Aunque también con mucha energía y fuerza que aporta el estar dando un servicio importante.

2. ¿A nivel de equipo dirías que también está afectando?

Sí, está situación cansa mucho y está pasando factura. Mentalmente nos agota ver lo duro que está siendo para gran parte de nuestros clientes, porque para muchos somos un ancla, un punto de apoyo con el que poder hablar y desahogarse durante el confinamiento. Sobre todo, para aquellos que viven solos o sin una red de apoyo cercana.

3. Como comentas, sois un apoyo esencial para muchas personas, aunque es algo recíproco. Los clientes también os ayudan a sobrellevar mejor la situación. ¿Qué evolución habéis observado en el comportamiento de las personas que acceden al local?

La mayoría son personas muy cívicas y respetuosas, además de ser responsables con las medidas de seguridad de la tienda, lo cual lo agradecemos enormemente. Al menos, cuando se encuentran con un imprevisto, como el no tener un producto al que están acostumbrados, observamos que suelen contenerse.

En el polo opuesto, observamos que muchas personas realmente lo están pasando mal, la situación les desborda y así nos lo transmiten: quejas sin sentido, no respetar la normativa y comportamientos irrespetuosos hacia los trabajadores. Lo cual observamos que va en aumento. Necesitamos más empatía, más flexibilidad: el apoyo y la colaboración deben ir de la mano.

4. ¿Podría decirse que ahora observáis a los clientes con otros ojos?

La relación con los clientes habituales siempre ha sido cercana, nos conocemos, lo cual nos permite observar las diferencias y darnos cuenta de quién lo lleva mejor y quién peor. Entendemos que lo que podemos observar ahora, en gran medida, se debe a la situación excepcional que estamos viviendo y que muchas de esas reacciones que comentaba anteriormente se deben al miedo, ansiedad y estrés que sienten muchos clientes. Sin embargo, te marca mucho más lo negativo, los enfrentamientos y las malas contestaciones. Al final del día, es lo que más pesa y lo que termina por hundirte.

5. Además del protocolo que os marca la empresa para la prevención del contagio, ¿entre los compañeros y compañeras habéis desarrollado algún tipo de plan de actuación interno?

Evidentemente el protocolo fijado por la empresa nos ayuda mucho, a la vez que nos da cierta tranquilidad y seguridad.

Como equipo también hemos adoptado una serie de medidas para cuidar nuestra salud mental y emocional, por ejemplo, evitar mensajes negativos, ésos que te minan la moral. Además, hemos preparado una zona en la que nos dejanos mensajes de apoyo y plasmamos nuestras necesidades, como la necesidad de un abrazo. Y por supuesto, damos un gran valor a las bromas y al disfrute, que es lo que más energía nos aporta. Y si hay que cantar, ¡pues se canta!

6. Como hemos dicho, llevamos más de un mes de confinamiento. Los días pasan y la sobrecarga emocional cada vez es mayor. ¿Qué haces para gestionar el estrés y el miedo?

En mi caso, me apoyo mucho en la música, en la familia, en la lectura y en la cocina. Diría que esas son mis anclas. Muchos días llego a casa con dolores musculares, por lo que también me apoyo en la medicina.

Aunque aún con todo eso, el miedo sigue presente. Procuras aprender a convivir con ello, a adaptarte a la situación o más bien, a sobrellevar cada día de la mejor manera posible, guardando fuerzas para la siguiente jornada.

7. Imagino que habrás desarrollado, sobre la marcha, diferentes estrategias para cuidar tu bienestar. Claro que dada la situación extrema que vivimos, como dices, es complicado eliminar el miedo o el estrés sin ciertos recursos externos. ¿Dirías que alguien se está encargando de vuestro bienestar emocional?

Sí, contamos con un apoyo psicológico al que podemos recurrir en el momento en el que lo necesitemos. Aunque lo que más nos ayuda es el apoyo entre el equipo de trabajadores y trabajadoras, y el que nos aportan los clientes. Muchos llegan y, pese a la realidad que cada uno tenga en su hogar, nos muestran su mejor sonrisa, nos dan mensajes de ánimo y nos cuentan algo gracioso. ¡Eso es lo más!

8. Imagino que las emociones variarán a lo largo del día. Cuando llega el momento de bajar la persiana, ¿cómo vives el llegar a casa después de una jornada laboral?

Generalmente intento quedarme con los buenos momentos del día. Meses atrás, darte un paseo antes de entrar en casa te ayudaba a liberar tensiones. Ahora ya no puedes, por lo que tienes que desarrollar otro tipo de estrategias, como explicar a tu familia que al llegar necesitas un tiempo de calma, de no hablar, es decir, un tiempo para ti.

Mantenerse informada en su justa medida es otra de ellas. A lo largo del día estamos muy informadas de la actualidad, los clientes nos mantienen al día, como quien dice. Al final sientes que cada día gira alrededor del mismo monotema, por ello, intentamos quedarnos con las buenas noticias.

Por último, como decía antes, en mi caso la cocina también es mi refugio. Me gusta mucho cocinar, me ayudar a controlar no solo mis emociones, también mis pensamientos. Por lo que sumergirme en ella para preparar platos saludables para mi familia me proporciona mucha paz y tranquilidad.

9. ¿Cuál es el mayor reto con el que os encontráis como profesionales ante esta situación?

Por un lado, que la gente comprenda que tenemos que cumplir la normativa (aforo, distancia de seguridad, medidas de higiene…). Por otro, hacer entender a esos clientes molestos que la falta de algunos productos no se debe a que no hayan sido solicitados, sino que el descuadre del proceso va más allá y afecta a muchos niveles.

Unido a todo esto, la situación que estamos viviendo también es nueva para nosotros. Por mucho que estemos preparados y acostumbrados a trabajar a diferentes niveles y a enfrentarnos a numerosos retos, no lo estábamos para esta situación tan compleja.

Estamos en un frente muy potente, aun así seguimos y seguiremos haciéndolo lo mejor que podamos.

10. Todos deseamos que esta situación termine lo antes posible. ¿Cuál dirías que será el recuerdo más especial que vas a guardar de este confinamiento?

Por suerte o por desgracia, estoy viviendo nuevas experiencias y en esta vida de todo se aprende. Me quedo con todos los recuerdos, con los más alegres y también, con los más tristes y dolorosos. Me quedo con los momentos en los que los clientes nos han traído bizcochos y con el apoyo de mis compañeros y compañeras, que estamos creciendo, aún más, como equipo y como personas.

Me gustaría terminar dando las gracias a todas esas personas que nos regalan una sonrisa, que nos animan y nos agradecen el esfuerzo que hacemos cada día. En general, agradezco la comprensión y contención, nosotros también tenemos hijos y padres confinados, cerca y lejos de casa. Aunque por fuera se nos vea fuertes, también tenemos nuestros bajones y seguramente esto termine pasándonos factura.