Como se suele decir: La curiosidad mató al gato. ¿Pero…? ¿Y si grandes genios de las matemáticas o ciencias no hubieran sido curiosos? O peor… ¿Y si sus padres les hubieran cortado las alas… sabríamos las cosas que sabemos hoy en día , tendríamos la misma tecnología?

Es normal que los niños, a medida que crecen quieran saber más y más del mundo que les rodea, por lo que nuestro papel como adultos es abrir paso a esta curiosidad. Esto quiere decir que como adultos debemos respetar y entender la necesidad de exploración constante que tienen los niños, pero sin dejar de establecer límites en momentos en que se convierte en algo que consideramos inapropiado o que está fuera de lugar.

La curiosidad, es el deseo de saber o averiguar una cosa. Además, activa todo el córtex y ayuda a mantener la atención en lo que estamos haciendo. Ésta, es una herramienta muy potente con la que venimos al mundo, solo hay que saber aprovecharla y sacarle rendimiento. Algunos de los beneficios de fomentar la curiosidad en los niños son los siguientes:

  • Fortalece la capacidad de relacionarse con el entorno.
  • Ayuda a saber manejar diferentes situaciones.
  • Favorece la proactividad.
  • Contribuye a que logren sus objetivos de una forma más efectiva.
  • Facilita el aprendizaje y la receptividad de cualquier información, a pesar de no ser de interés para los más pequeños.

Para ello, os dejamos algunas recomendaciones sobre cómo fomentar la curiosidad en la infancia y acompañar a los más pequeños en el viaje que supone para ellos conocer el mundo que les rodea.

1. Responder a sus preguntas: Algunas veces no tenemos tiempo para responder cada una de las preguntas que los niños formulan, y otras muchas, no sabemos la respuesta. Por esta razón, es importante intentar explicarles adecuadamente lo que estén preguntando y no hacerlo solo por salir del paso. Si no sabemos la respuesta podemos intentar buscarla juntos.

2. Estimular su imaginación: Con juegos, canciones, actividades, cuentos y un largo etcétera.

3. Apoyar sus intereses: Ya que lo más frecuente es que su curiosidad se dirija a actividades, juegos, sonidos y temas que realmente le interesen, por ejemplo, si quiere hacer uso de algo explícale como debe hacerlo, bajo supervisión o no y en qué momento.

4. Responder con otra pregunta: Muchas veces los niños preguntan sin haber reflexionado a cerca de su propia duda. Responderles con otra pregunta como: ¿Tu por qué crees que…? ¿Tú que piensas…? Favorece el pensamiento.

5. Enseñarles a hacer uso de herramientas: Estimularles a que consulten en libros o en internet en caso de que sepan leer; esta autonomía va a favorecer su aprendizaje en el colegio.

6. Permitir que hagan cosas solos:  Si cometen errores no importa, lo realmente importante es que sean resolutivos y para ello es necesario adaptarse al entorno.

Aprovechar la capacidad de los niños de jugar, preguntar y explorar para enseñarles a tener una mayor cantidad de responsabilidades, obtener buenos y mejores resultados en cualquier etapa de su vida, para que sean adultos proactivos con habilidades para adquirir conocimientos que abran paso a la creación de ideas nuevas.