Seguramente, la mayoría de las personas conocemos o hemos estado envueltos en una relación tóxica. Y aunque en este artículo vamos a hablar de relaciones de pareja, es importante dejar claro que las relaciones laborales, familiares y de amistad también pueden volverse dañinas.

Las relaciones tóxicas nunca empiezan siendo así, pero con el tiempo, ciertos patrones de comunicación disfuncionales se van colando hasta que la situación se vuelve insoportable. Además, generan patrones de dependencia emocional y baja autoestima, que hacen que darse cuenta de la situación y salir de ella no sea una tarea fácil.

¿Qué señales nos indican que estamos en una relación tóxica?

Molestias en el cuerpo

Probablemente, el primero que te avise de que algo está pasando en tu relación es tu cuerpo. Cuando algo nos preocupa o nos genera estrés, el cuerpo suele dar ciertas señales en forma de dolor de tripa o de cabeza, insomnio, dolores musculares, irritación, dolores en el pecho, sensación de falta de aire… Aun así, muchas veces ignoramos todas estas alertas y seguimos con nuestro día a día, sin reparar en el porqué de este malestar.

Dejar de hacer lo que te gusta

Lo normal en las parejas es que los individuos se ajusten el uno al otro, es decir, que vayan cambiando pequeños hábitos del día a día para poder tener un proyecto en común. Lo que no es sano, es que dejemos de hacer todas esas cosas que hacíamos cuando estábamos solos, que dejemos nuestro círculo social, nuestros hobbies… solo por estar con esa persona. Además, a esto se le añade la dificultad a expresar lo que uno quiere o necesita por miedo a herir los sentimientos de la otra persona.

Desconfianza y celos

Algo bastante habitual en las relaciones complicadas suele ser la presencia de celos y desconfianza. El control y la coacción no son buenos pilares para que se sostenga una relación, ya que ésta tiene que ser un espacio de libertad y respeto mutuo.

Sentir que no puedes expresarte

Algo común cuando se expresan los sentimientos de malestar en una relación tóxica es que se den roles muy claros de víctima y agresor. Puede que nuestra pareja nos haga sentir que si nos expresamos estamos hiriéndola y esto causa que haya poca comunicación por miedo a el enfrentamiento.

Tienes la sensación de estar atascada

Cuando una relación va bien sientes que tu pareja es un apoyo en la gran mayoría de las cosas que haces, sientes que progresas personalmente. Puedes contar con esa persona para tomar decisiones y esta te apoyará. El problema llega cuando tu pareja te pone trabas, te obstaculiza el camino y no te deja llegar donde te gustaría. Una sensación habitual es la de sentirse triste y menos feliz que antes de comenzar la relación.

La crítica y el reproche como forma de comunicarse

En muchas relaciones de este tipo se suelen dar críticas constantes a la forma de ser, de vestir o de vivir de una de las partes. Esto hace que tu autoestima baje y  además, genera sentimientos de inferioridad que hacen que acabar con la relación sea todavía más difícil.

¿Qué podemos hacer para acabar con una relación así?

Cuando ya nos hemos dado cuenta de que la relación se ha vuelto complicada y algo difícil de mantener, es hora de tomar decisiones y esto puede ser un proceso complicado para muchas personas. Por ello es importante tener en cuenta ciertos aspectos:

  1. Priorízate

Es importante reflexionar sobre cuáles son nuestros mínimos. Aquello que estamos dispuestos a soportar y aquello que no. Las relaciones de pareja son un ejercicio de tolerancia y paciencia, sobre todo en la convivencia, pero eso no significa que tengamos que tolerar o admitir cualquier cosa. Debemos estar atentos a nuestras necesidades y poder expresarlas.

  1. Mirada a largo plazo

Cuando uno se pone en el momento presente las emociones suelen ser confusas, pero, ¿y si echamos la vista hacia delante? Puede que así veamos más claro que no queremos estar con esa persona y que nos imaginamos la vida de otra manera, con otros proyectos o ilusiones.

  1. Metro cuadrado

Es habitual observar en las parejas que siempre quieren ver cambios en el otro, sin fijarse en qué pueden hacer ellos. Si tu pareja no ha cambiado en todos estos años, probablemente no lo hará ahora, o no de la manera que tu esperas. Por ello, es importante saber qué decisiones podemos tomar nosotros en nuestro campo de actuación.

  1. Toma decisiones

Muchas personas se quedan atascadas en este paso por ser el más difícil. Eso suele generar más malestar y suele hacer más difícil alejarse de la relación.  Por tanto, es importante pensar que si no decidimos, ya estamos tomando la decisión de quedarnos.

  1. Sé realista

Las relaciones tóxicas suelen ser relaciones largas, donde los intentos de solución han sido muchos y llega un momento en el que hay que mirar la relación de manera realista y objetiva.

  1. Piensa en tus necesidades

Cuando estamos atascados en una relación sin salida puede que tengamos que pensar qué necesidades está cubriendo dicha relación. Puede que tengamos la necesidad de sentirnos queridos, de estar acompañados, de necesitar una estabilidad… Reflexionar de qué manera podemos satisfacer esas necesidades de forma autónoma y sin tener que estar en una relación, es importante para empezar el proceso.

  1. Pide ayuda

Las relaciones tóxicas pueden generar un malestar muy importante en la persona, puede aislarla y hacer que su autoestima sea cada vez menor. Por ello, es importante pedir ayuda profesional que nos pueda orientar hacia la toma de decisiones y el bienestar emocional.