La realidad que estamos viviendo está siendo muy complicada, sobre todo para aquellas personas que han perdido a un ser querido. Conociendo lo doloroso del proceso que es vivir la pérdida de alguien cercano, ahora se suman aspectos que pueden complicar este proceso.

Las complicaciones comienzan cuando el ser querido ingresa en el hospital. El estado de emergencia en el que se encuentran los hospitales, hace que la comunicación del enfermo con la familia sea escasa, o nula (si se encuentra en la UCI). Los sentimientos de miedo, incertidumbre e impotencia se incrementen por no saber en qué situación se encuentra su familiar.

Toda esta mezcla de vivencias, si no se gestiona adecuadamente, pueden hacer de todo esto una experiencia traumática.

Cuando la persona fallece, es normal que los familiares se vean invadidos por una tormenta de emociones muy intensas, como son la ira, la culpa o incluso la incredulidad. La pérdida repentina del ser querido y la imposibilidad de despedirse hace que estos sentimientos se incrementen significativamente. Además, a todo esto se le añade que no se pueden realizar funerales, velatorios o rituales de despedida, que tan importantes son para poder comenzar el proceso de duelo.

Elaborar un duelo en esta situación de alarma puede ser tarea difícil, por todo ello, dejamos aquí algunas recomendaciones que creemos que pueden ser de utilidad:

1. Aceptar las emociones y expresarlas

Sabemos que las emociones derivadas de un duelo suelen ser muy intensas, pero son normales y necesarias, sobre todo en un primer momento. Para ello, es importante contar con el apoyo de familiares y amigos, bien sea vía telefónica o virtual.

2.Realizar rituales simbólicos

Es importante poder hacer algún ritual de despedida u homenaje en casa. Estos pueden consistir en realizar una pequeña reunión vía skype, escribirle una carta, ver fotos… Por otro lado, puede ayudar en este caso tener una visión a medio plazo. Entonces podremos reunirnos otra vez, por lo que se podrán realizar reuniones, misas y despedidas de la persona querida cuando salgamos de nuestras casas.

3. Delegar o pedir ayuda en los procesos burocráticos

Una fuente muy importante de estrés en estos casos son las tareas burocráticas que hay que realizar con el fallecimiento de un ser querido. Por ello, si es posible, se pueden repartir las tareas entre familiares o amigos o contar con profesionales que puedan dedicarse a los temas más organizativos.

4. Prestar atención a las rutinas

El confinamiento y la tristeza, pueden hacer que se pierdan rutinas que son esenciales para el equilibrio emocional. Por tanto, es necesario no descuidar las rutinas habituales como: comer, asearse, hablar con alguien, sacar la basura… Incluso poder realizar algo de ejercicio para favorecer el descanso.

5. Ponerse pequeños objetivos

Es normal que asalten dudas sobre el fututo, incertidumbre sobre la situación, pero es importante saber que en un estado de duelo no se pueden tomar decisiones importantes. Lo que sí se puede hacer es ponerse pequeños objetivos que ayuden a estructurar el día y tener una visión más realista y centrada en el momento.

6. Pedir ayuda profesional

Por último, si la vivencia dolorosa de la pérdida conlleva situaciones de bloqueo intensas o malestar muy significativo o prolongado en el tiempo, es importante pedir ayuda profesional. Esto puede ayudar a las personas a evitar posibles complicaciones como la depresión, ansiedad o determinadas fobias.