En psicología la palabra comunicación, cobra vital importancia, ya que la mayoría, si no todos los problemas interrelaciónales, son causados por problemas en la comunicación. Y es que todas las personas nos comunicamos de formas diferentes y tenemos estilos de relacionarnos diferentes, que son el resultado de la educación recibida, los valores, vivencias y formas de ver la vida.

A todos nos ha pasado y nos pasa, que en ciertas ocasiones y con ciertas personas nos cuesta comunicarnos de manera efectiva, llegando incluso a pensar que la persona trata de herirnos o hacernos daño. Esto no solo ocurre en relaciones de tú a tú, si no que también puede ocurrirnos a la hora de enfrentarnos a un grupo grande en el entorno personal y laboral. Por ello, es importante conocer cual es nuestro estilo de comunicarnos, cuales son nuestros puntos fuertes y aquellos que puede ser una barrera a la hora de comunicar, para que nuestro mensaje llegue al receptor. Además, saber reconocer el estilo de nuestro interlocutor, nos puede aportar grandes herramientas para mejorar nuestra comunicación.

Uno de los modelos más eficaces y que ha sido ampliamente utilizado para construir relaciones eficaces es el Modelo Brigde. Desde este modelo, plantea una explicación sobre los diferentes patrones de comportamiento y comunicación. Para ello propone cuatro estilos que se relacionan con los elementos de la naturaleza: agua, tierra, fuego y aire.

Estos cuatro estilos están enmarcados en dos ejes que son el racional-emocional y el pasivo activo, tal y como aparecen en la  imagen que encabeza este artículo.

  • Las personas Tierra son pragmáticas, realistas y les gusta vivir con los pies en la tierra. Necesitan entender las cosas.
  • Las personas Agua son empáticas, compasivas y tienen una alta sensibilidad. Necesitan conexión personal y les cuesta tolerar la agresividad.
  • Aquellas personas en las que predomina el estilo Fuego son apasionadas, francas y se sienten cómodas en el reto y la confrontación.
  • Las personas con estilo Aire, son entusiastas y sociables, curiosas y expresivas.

Cada persona se caracteriza por una combinación única de estos cuatro estilos, esto quiere decir que no solo tenemos características de un estilo en concreto, si no que tenemos uno predominante, pero características de todos los estilos.

 

Pero, ¿Cómo podemos aplicar esto en nuestro día a día?

Desde la psicología, partimos de la base de que es imposible no comunicar, todo absolutamente todo comunica, incluso sin mediar palabra. Nuestros gestos, los silencios, las expresiones, nuestra forma de caminar y de vestir, habla de nosotros, de como somos. Por tanto, teniendo en cuenta de que todo es comunicación, entender cómo se comunica el otro, es como tener una varita mágica para poder mejorar las relaciones.

Las personas normalmente pensamos que nos tenemos que comunicar con el otro de la manera en que nos gustaría que se comunicasen con nosotros, pero cuando hablamos de comunicación efectiva, es algo diferente. Lo que tendremos que intentar es adaptarnos a la manera de comunicarse del otro. Y esto es lo que permite el Modelo Brigde, que te da el autoconocimiento necesario para saber qué estilo relacional predomina en tu personalidad y cuales son sus ventajas y desventajas. De la misma manera, te ayuda a comprender mejor a los demás, haciendo que la comunicación con estilos de personalidad diferentes no sean algo que te genere inseguridad ni rechazo.