Es habitual que diferentes personas nos pregunten cómo poder ayudar a un familiar, amigo, o ser querido que padece depresión. Resulta bastante frustrante y causa sensación de impotencia la búsqueda hacia la correcta forma de actuar en estos casos. Existe una escasa información y el ver la tristeza profunda de aquellos a los que queremos nos genera temor y duda a la hora de actuar con seguridad en nuestra intención de ayuda.

Para poder ayudar necesitamos sentir seguridad en cuanto al tipo de ayuda que queremos dar. Quien cuida necesita sentirse capaz de cuidar y fuerte para poder hacerlo. La posición de quienes acompañan a seres queridos con depresión es también muy complicada. En el intento de buscar la mejor forma de atender, muchos cuidadores acaban padeciendo complicaciones físicas y emocionales y por ello es muy importante protegerse para que esto no ocurra.

 

  1. Aceptar la depresión como enfermedad y conocer cómo funciona el cerebro en ella.

Al hablar de enfermedad mental tendemos a banalizar la gravedad de la misma. Sin embargo, es muy importante entender que la depresión es en sí una enfermedad. Las personas deprimidas no son personas que no quieran salir del estado de apatía y tristeza por holgazanería o por falta de voluntad.

En concreto, en el cerebro de las personas deprimidas, se produce un aumento del estrés que activa la producción de cortisol y esto da lugar a un proceso de inflamación cerebral que coloca el cerebro de la persona deprimida con un 30 % de inflamación más que un cerebro sano.

Además hay numerosos estudios que narran como en las personas deprimidas la amígdala que es un área cerebral que se relaciona con el procesamiento emocional, se encuentra desconectada de esa red y esto provocaría una alteración en la forma de percibir la información hacia una visión más pesimista y negativa.

 

  1. Pregúntate si puedes ayudar como la persona depresiva necesita ser ayudada.

Cuando hablamos de ayuda tenemos que tener en cuenta que solo ayudamos cuando nuestra forma de actuar coincide con el tipo de ayuda que necesita la persona que la precisa. Para lograrlo, comienza preguntando como podrías ser de ayuda. Intenta definir con la persona con depresión cuáles son sus necesidades respecto a ti y a precisar cuál es el tipo de ayuda que podría necesitar y si esta ayuda encaja con la que tú puedes ofrecerle.

 

  1. Escuchar también es acompañar.

En muchas ocasiones tendemos a escuchar y expresar el consejo la opinión que consideramos que necesita la persona deprimida. Sin embargo, en muchos casos el deseo de esta persona es simplemente sentirse escuchados sin recepción de valoración, ni crítica, ni juicio, ni opinión.

Es frecuente que las personas con depresión tiendan a rumiar sobre la misma idea y repiten una y otra vez los mismos argumentos de su malestar. Es importante escucharlos con atención y paciencia.

En la medida de lo posible es recomendable evitar frases como tranquilo/tranquila, o intenta animarte. La conexión emocional con la persona deprimida es algo que no debemos perder y para ello es importante hacerle sentir comprendida y no juzgada como exagerada.

Tras la depresión se esconden diferentes factores de desarrollo, ambiente, características genéticas, causas hormonales o clínicas y una profunda vivencia de emoción de tristeza. Por tanto, es importante la escucha desde la empatía y reducir al mínimo la posibilidad de que la persona deprimida se sienta juzgada o no comprendida.

 

  1. Acompaña y contén en la ejecución de actividades y planes.

Un elemento habitual en la depresión es la aparición de la abulia.

Al aparecer ,provoca que los planes que anteriormente eran disfrutados ya no produzcan esa sensación de placer y bienestar. Conforme la abulia se instaura en la vida del paciente deprimido, provoca un aumento de la tendencia de apatía ( falta de ganas) y también el aislamiento.

El acompañamiento en planes de actividad social o física, como puede ser el salir con familiares o amigos a hacer excursiones o deporte pueden ser beneficiosos para la persona con depresión. El proponer planes de este tipo resulta ventajoso para la persona deprimida.

 

  1. Identifica cuando debes retirarte a tiempo.

Cuando comienzas a percibir que tu ser querido empieza a mejorar es importante que tu posición sea de confianza hacia él y que dejes que poco a poco vaya retomando su propio ritmo de vida.

Al comienzo de una mejoría el estado anímico de la persona deprimida sigue siendo bajo y por ello es importante darle tiempo y aceptar el ritmo de su evolución. Intenta colocarte un pasito por detrás de él y acompaña desde la pequeña distancia.

 

 

Thomas Campbell expreso que “ Comprender que hay otros puntos de vista es el principio de la sabiduría”. Para poder acompañar a quien se encuentra sufriendo una depresión necesitamos conectar con su punto de vista y conseguir contagiarles del nuestro para así llenarnos mutuamente de sabiduría.